Todas las cartas de amor

He aquí el placer de la lectura que tanto buscamos: se ofrece en esta escritura ágil y ligera, suave y precisa, rápida y poética, con pasajes conmovedores y reveladores. Al lector se le concede la intimidad de un diálogo en una sola voz, que fluye de manera epistolar y con un ritmo existencial. Se eleva, sutil y progresivamente, una voz narrativa que maneja un discurso de búsqueda afectiva, en el que el ser femenino se cuestiona y se anuncia apto para los intercambios afectivos, con lirismo, equilibrio y generosidad. Estas cartas al amado –un ser prefigurado en el espacio del deseo y del sueño– se tejen y se extienden en una línea tenue de reflexión. En este juego de cartas, la mujer se muestra consciente de sí misma, como sujeto deseante, en busca de estar preparada para el juego del amor, siempre incierto pero necesario para el equilibrio de la vida en la escena cotidiana.

Aleilton Fonseca